Diagnóstico:
El diagnóstico de la Bartholinitis es esencialmente clínico a través de la valoración de la historia clínica, de la evolución de la sintomatología y de la exploración.
Historia clínica y sintomatología

la presencia de episodios de bartholinitis previos, de cirugía sobre la zona vulvar, la presencia de comorbilidades cuales diabetes mellitus o inmunosupresión pueden enderezar el diagnóstico.

Además algunos signos y síntomas también son típicos de la patología como por ejemplo la sensación de masa a nivel de uno de los labios de la vulva asociado o menos a dolor y molestias con la deambulación, la sedestación y con las relaciones sexuales. Puede aparecer fiebre y puede verificarse drenaje de material seroso (líquido claro) o purulento (líquido amarillento y maloliente) desde la masa.
Exploración:

La exploración efectuada por el ginecólogo que valorará la zona visualmente y a través de la palpación de la masa dará el diagnóstico final. La Bartholintis puede presentarse como ya explicado en la entrada anterior como una masa de hasta 3-4 cm con posible asociación de dolor, enrojecimiento y aumento de temperatura de la zona.

En casos seleccionados puede ser necesaria la toma de una biopsia aunque esta situación se verifica muy raramente.
Tratamiento:

Quiste:
No es necesario tratamiento si el quiste es asintomático. Se efectuará una biopsia en casos seleccionados según la valoración de las características del quiste y de la historia clínica de la paciente.

Absceso:

el tratamiento del absceso de la glándula de Bartholinio se debe individualizar. En algunos casos se puede tratar farmacológicamente con antibióticos, analgésicos y medidas higiénicas locales.
Otras veces hay que recurrir a procedimientos quirúrgicos cuales incisión y drenaje y marsupialización de la glándula.
Incisión y drenaje +/- marsupialización de la glándula: es la técnica más utilizada que prevé una pequeña incisión de 3-5 mm, en quirófano y bajo anestesia, de la zona más declive del absceso y consecuente drenaje del material purulento presente en el interior de la cavidad. El contenido drenado puede ser enviado para el análisis de las bacterias responsables del proceso infeccioso.
Una vez limpiada la cavidad se puede proceder a la marsupialización, una técnica que mediante unos puntos de sutura permite dejar abierta la incisión practicada para permitir el cierre de la cavidad de la parte más profunda e interior hasta la parte más superficial, previniendo así la recidiva de la patología. Para evitar el cierre precoz del orificio creado se puede posicional una pequeña gasa en la cavidad que se irá retirando progresivamente.
Extirpación de la glándula:
En casos de recidivas se puede optar para la extirpación de la glándula, cirugía que en línea general no se realiza de forma preferente como las anteriores sino de forma programada.
Otros tratamientos menos utilizados la escleroterapia, la vaporización con laser de O2, la apliación de nitrato de plata.

Prevención:

No existe una manera de prevenir la Bartholinitis pero se puede evitar que un quiste evolucione a absceso con médidas higiénicas y manteniendo sexo seguro, usando preservativo para evitar la transmisión de bacterias como Clamydia y Gonorrea.

Dra. Irene Zolfaroli

col. 464624095

HCUV

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