Madonna col bambino, Artemisia Gentileschi, 1610-1612

Los recién nacidos tienen un desarrollo corporal excepcional que no se vuleve a repetir en otras etapas de la existencia; duplican su talla y triplican su peso durante el primer año de vida.

No sólo el crecimiento es “externo”, las visceras y los órganos importantes como el cerebro aumentan enormemente su tamaño y sus funciones, necesitando un gran aporte energético. La lactancia natural es la más apropriada para las necesidades del organismo en este momento. Múltiples estudios han demostrado que no hay otra sustancia que alcance las capacidades nutritivas de la leche materna, es una composición de sustancias tan compleja que aún no es del todo conocida, por lo que no es reproducible en leches artificiales. Contiene cantidades óptimas de proteínas, aminoácidos (cisteína y taurina), grasas, hidratos de carbono, minerales, vitaminas (A-B-C-D-E) y agua para el niño hasta el año de vida.

La leche humana es especie específica, es decir que no se puede considerar las leches de otros animales, como cabras o vacas, sustitutos de la leche materna.

Las razones por las que la lactancia materna no tiene relevo son muchas e intentaremos explicarlas a continuación:

Prevención de enfermedades: protege contra patologías como diabetes, muerte súbita del lactante, colitis ulcerosa y linfomas. Asimismo está demostrado que la leche de vaca provoca microhemorragias en el canal digestivo que puede precipitar una anemia ferropénica, circunstancia que no se verifica con la lactancia natural.

Disminución de las alergias: la leche no materna posee antígenos que pueden provocar alergias alimentarias que además de la sintomatología propia de la enfermedad, afectan el aprovechamiento nutritivo del lactante.

Protección frente a infecciones: los niños amamantados desarrollan menos infecciones gastrointestinales, otitis medias e infecciones respiratorias. La protección frente a las infecciones se obtiene gracias a anticuerpos llamados Inmunoglobulinas A o IgA producidas por la mama y que pasan a la leche. Éstas actúan como una barrera contra muchas bacterias que podrian atacar el sistema inmunitario a través de las paredes gástrica e intestinales del recién nacido.

Crecimiento y desarrollo: no está del todo demostrado que la lactancia materna favorezca en mayor medida el crecimiento con respecto a la lactancia artificial pero si que está verificado que tiene una relación positiva con el aumento del perímetro craneal y del desarrollo cerebral.

Desarrollo psicológico: la relación entre madre e hijo en el acto de mamar parece aumentar la futura independecia e autoestima del niño.

Otras características: la leche materna no contamina, no genera residuos a nivel medioambiental ni antes ni despés de su utilización. La lactancia natural es barata, siempre disponible y a la temperatura correcta.

La lactancia natural es valiosa también para la madre como explicaremos en el próximo artículo “Lactancia natural: beneficios para la madre”.

Muchas eventualidades que pueden ocurrir durante la lactancia materna (grietas, inflamación mamaria, fiebre…) aunque puedan parecer una contraindicación, en realidad no siempre lo son, por lo tanto es recomendable ante cualquier duda y antes de dejarla, pedir consejo al ginecólogo.

Madonna Litta, Leonardo Da Vinci, 1490.

Madonna Litta, Leonardo Da Vinci,

Dra. Irene Zolfaroli
Nº colegiado: 24095
Residente de 1ºer año
Servicio de Obstetricia y Ginecología
Hospital Clínico Universitario de Valencia

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