Definición

Actualmente no existe una definición exacta, universal y consensuada del síndrome premenstrual (SPM). La gran variedad de síntomas con los que se manifiesta y su dificultad para integrarlos en un único cuadro clínico plantea un problema esencial de definición, ya que incluye más de 150 síntomas diferentes que pueden experimentar las mujeres entre la ovulación y el inicio de la menstruación y que son originados posiblemente por una misma causa, hasta ahora desconocida.

El SPM es una entidad clínica mal definida que agrupa a una gran variedad de síntomas que aparecen en la segunda mitad del ciclo menstrual y que desaparecen al inicio de la menstruación. Incluye síntomas físicos, emocionales, cognitivos y relacionados con el comportamiento. La severidad y la frecuencia de aparición de los síntomas premenstruales pueden ser muy variables e incluso diferir en una misma mujer en cada ciclo menstrual. Para algunas mujeres, consiste en una tensión mamaria, más o menos desagradable, para otras una sensación de “hinchazón” que no las deja “meterse” en su ropa habitual y las desespera, para otras un estado de “tristeza y/o de irritabilidad, más o menos profunda, que no responde a ninguna causa concreta pero que las lleva a desear “morirse”, a sentirse incomprendidas por quienes las rodean porque no entienden lo que les pasa, ya que “ aparentemente no las pasa nada”.

Una variante es el denominado “Trastorno Disfórico Premenstrual” (TDP) constituido por un sub-grupo de mujeres con SPM que tiene como características fundamentales que en ellas predominan los síntomas afectivos y que éstos interfieren, de forma muy importante, en el desempeño de sus funciones sociales, familiares y laborales. Se trata de un trastorno crónico que puede llegar a ser grave y por ello requiere un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado.

Frecuencia

No es posible saber la prevalencia real del síndrome premenstrual debido principalmente al amplio abanico de definiciones, criterios diagnósticos aunque se puede decir que es una entidad frecuente y de difusión mundial. La prevalencia del TDP, varía entre el 1-30,5%, según los diferentes autores, no suele superar el 10% en la mayoría de los trabajos.

 

Etiología

Es desconocida. Hay pocos datos y contradictorios respecto al papel de la edad, factores socioeconómicos, culturales, laborales, psíquicos, familiares y clínicos en el SPM. De entre todos los factores barajados (modificaciones hormonales ováricas, endocrinas y neuronales, ambientales, genéticos-hereditarios y nutricionales), destacan los siguientes:

  1. Bajos niveles de progesterona.
  2. Altos niveles de estrógenos / descenso de estrógenos.
  3. Cambios del cociente estrógeno / progesterona.
  4. Aumento de la actividad renina / angiotensina / aldosterona.
  5. Aumento de la actividad suprarrenal.
  6. Descenso de endorfinas endógenas.
  7. Modificaciones de la respuesta a las prostaglandinas.
  8. Secreción excesiva de prolactina.
  9. Déficit de vitaminas (calcio y magnesio y vitamina B6)

como se

Clínica

Como hemos comentado al principio existen multitud de síntomas tanto físicos como psíquicos. Un aspecto importante de la sintomatología es la variabilidad interpersonal en la presentación clínica del síndrome. Sin embargo, la variabilidad intrapersonal es mínima, esto es, cada paciente presenta un cuadro bastante parecido cada mes.

CLINICA

A continuación señalamos algunos de los síntomas:

DOLOR: Cefalea, hipersensibilidad mamaria, dolor articular y dolor muscular.

NEUROVEGETATIVOS: Insomnio, anorexia, avidez por ciertos alimentos, fatiga, letargia, agitación y alteración de la libido.

ALTERACIÓN DEL SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO: Náuseas, diarreas, palpitaciones.

ALTERACIONES DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL: Convulsiones, mareos, vértigos, parestesias

y temblores.

TRASTORNOS HIDRO-ELECTROLÍTICOS: Distensión abdominal, aumento de peso, oliguria y

edemas.

TRASTORNOS DERMATOLÓGICOS: Acné, piel grasa, cabello graso, cabello seco, hirsutismo.

De ellos, los síntomas somáticos asociados con más frecuencia son:

– Tensión mamaria: aumento del volumen de las mamas, acompañado de dolor (mastodinia).

– Distensión abdominal, que se acompaña de tensión dolorosa del abdomen y de ganancia de peso premenstrual.

– Artralgias, mialgias, cefaleas, edemas periféricos y alteraciones del hábito intestinal.

La sintomatología psíquica premenstrual es extraordinariamente frecuente.

ALTERACIONES COGNITIVAS Y DE LA CONDUCTA: Disminución de la concentración, trastornos del sueño, cambios en el apetito, disminución del interés, aislamiento social, indecisión, pensamientos suicidas, ideación paranoide.

 AFECTIVOS: Tristeza, cólera, ansiedad, irritabilidad y labilidad emocional.

La próxima semana seguiremos hablando del síndrome premenstrual y de su tratamiento e incluiremos algunas recomendaciones que pueden ser de vuestro interés.

 

Dra. María Sebastián

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