SEMANA 25-28

En este período de tu embarazo, notarás que los movimientos fetales aumentan y además, que el bebé es capaz de responder a estímulos como el sonido con movimientos y patadas.

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Es en este momento cuando el bebé abre por primera vez sus párpados y empieza a pestañear.

Al llegar a las 28 semanas, ya está perfectamente formado, aunque sus órganos deben madurar. Su corazoncito disminuye su frecuencia a unos 140 latidos por minuto y su peso alcanza alrededor de 1 kg, aunque continuará engordando hasta el momento del nacimiento.

El crecimiento del útero llegado este punto del embarazo, hace que el estómago de la madre cambie su posición ligeramente, apareciendo síntomas como reflujo o haciéndose las digestiones más pesadas.

Además, aumenta la sensación de cansancio.

Es también el momento en que puede empezar a hincharse las manos, los pies o la cara debido a la retención de agua normal del embarazo. Siempre se debe comentar con la matrona o al tocólogo para descartar que puedan haber otros problemas debajo de esta hinchazón (como la pre-eclampsia).

SEMANA 29-32

Durante estas semanas notarás que los movimientos del bebé se pueden hacer más intensos. Es importante reconocer su patrón de movimientos, ya que si este cambia súbitamente, debes de consultar con un profesional.

Este es el mejor momento para la realización de una ecografía 3D-4D, ya que aún hay líquido amniótico abundante y se puede ver con más facilidad su carita.

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Su piel empieza a parecer más suave. Hasta estas semanas, había estado recubierto de lanugo (unos pelitos muy finos) y de vérmix caseosa (especie de grasa de color blanco), aportando protección, pero a partir de ahora y hasta el nacimiento va desapareciendo poco a poco.

Los pulmones se desarrollan rápidamente en este período aunque aún son inmaduros, por lo que no será capaz de respirar por sí sólo hasta a partir de la semana 34-35.

Aproximadamente desde la semana 32, el bebé se coloca con la cabeza hacía abajo (es decir, en presentación cefálica), preparándose ya para el momento del parto. No obstante, en caso que aun no haya adquirido esta postura, aún hay tiempo suficiente hasta el nacimiento para su correcta colocación. En caso contrario, llegados a la semana 37 hay diversas técnicas para intentar voltear al bebé que está de nalgas (la técnica llamada versión cefálica externa).

El útero continua creciendo, empujando a los pulmones. Este hecho, junto a que el cuerpo tiene que cargar con peso extra, hace que la mujer gestante pueda notar que le falta el aire durante la realización de actividades físicas.

Es también frecuente la aparición de calambres en las piernas por la noche, que junto al aumento de la frecuencia urinaria, pueden dificultar el sueño. Dormir de lado con una almohada entre las piernas y otra debajo del abdomen, pueden ayudar a estar más cómoda y a descansar correctamente.

SEMANA 33-36

Al finalizar este período, el sistema nervioso y el cerebro de tu bebé ya están completamente formados, aunque seguirán madurando hasta el final del embarazo.

De la misma manera, todos los huesos del cuerpo (incluidos los de la cabecita) están formados, continuando su fortalecimiento hasta el final del embarazo. Cuando llegue el momento del parto, los huesos de la cabeza permanecen blandos y ligeramente separados para poder avanzar por el canal del parto sin provocar ello lesión alguna sobre el cerebro.

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A partir de ahora, puedes notar que el útero se pone duro de vez en cuando, sin llegar a ser contracciones dolorosas ni regulares. Son las llamadas contracciones de “Braxton Hicks”. Son una preparación del útero para el momento del nacimiento. Si percibes que las contracciones se hacen más regulares, más seguidas y más dolorosas, debes acercarte a urgencias del hospital, dónde descartarán o confirmarán que te estés poniendo de parto.

Es completamente normal que la futura mamá se encuentre más cansada y con dolor de espalda cuando se acerca el final del embarazo, ya que el peso “extra” que está cargando empieza ya a pasar factura. Es importante no realizar excesivos esfuerzos físicos y cogerse las cosas con más calma hasta el nacimiento del bebé.

Llegadas las 36 semanas, los pulmones del bebé ya han alcanzado su madurez y están preparados para respirar una vez ya han salido al exterior. Además, su sistema digestivo es tolerante a la leche materna y su sistema respiratorio le permite succionar y tragar a la vez que respira, para poder realizar correctamente esta acción.

SÍNTOMAS Y SIGNOS DE ALARMA

  •  SANGRADO VAGINAL: consultar inmediatamente si la mujer embarazada empieza con un sangrado, asociado o no a dolor, ya que puede poner de manifiesto algún problema grave que comprometa la vida del bebé y de la madre.
  • TENSIÓN ARTERIAL ALTA Y PRE-ECLAMPSIA: la tensión arterial alta y la aparición de proteínas en orina son signos de pre-eclampsia, una enfermedad relacionada con el embarazo que puede llegar a ser grave si no se trata adecuadamente.
  • PICOR: un picor intenso, sobretodo al final del II trimestre o en el III trimestre puede indicar una colestasis intrahepática del embarazo, una afectación rara del hígado que provoca picor y difunción hepática.
  • NO NOTAR MOVIMIENTOS FETALES: es importante que la gestante aprenda el patrón de movimientos de su bebé. Un cambio brusco o no notar al feto durante más de 1 día, puede indicar algún problema, siendo esto indicación de acudir a un profesional para su correcta valoración.

ISABEL MOSCARDÓ I CHÀFER

Médico

Número colegiado: 4623461

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